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“Tengo derecho a un juicio justo” versa la placa del Palo, en consonancia con el artículo 10 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es obra artística de Elado de Mora, y está patrocinada por la familia Herber – Castro.

La fundación norteamericana Intenational Solidarity for Human Rigts, lleva años trabajando en esta iniciativa que promueve los derechos humanos.

Con este proyecto, a los valores religiosos, culturales y místicos que lleva consigo la ruta de peregrinación que puso en marcha en el siglo VIII el rey de Asturias Alfonso II, se une el reconocimiento a los derechos humanos.

El rey de Asturias concedió en su día fueros y privilegios a las villas que formaron parte de su itinerario de peregrinación, como Las Regueras, Grado, Salas, Tineo, Pola de Allande o Grandas de Salime.

Esta iniciativa, pionera en Europa, que promueve los valores y la educación de los derechos humanos, se materializa con la colocación de 30 placas de bronce a lo largo de los 320 kilómetros de la primera ruta jacobea.

Cada una de las placas representa uno de los artículos de los derechos humanos recogidos en la Declaración Universal.

Del total de las 30 placas, 15 están ubicadas en Asturias y 15 en Galicia, siendo Allande el municipio que más placas aloja, con tres de ellas; situadas en Pola de Allande, el Puerto del Palo y Berducedo.

Elizabeth Sánchez Vegas y Devorah Sasha, fueron las encargadas de entregar estas placas, que se corresponden los artículos 9, 10 y 11 de la declaración universal, así como sus certificados de autenticidad.